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Yo sé quienes son los responsables de esto

Mientras más leo, escucho y veo los medios tradicionales, más me doy cuenta de que hay una pregunta que flota en el ambiente y que nadie sabe responder: ¿quién ha organizado esto?

Algunos ven detrás de esto a Zapatero o Rubalcaba, intentando frenar un previsible batacazo en las elecciones municipales del domingo; otros piensan que es la extrema izquierda más radical la que ha creado la movilización, intentando acabar con la monarquía para dar paso a la Tercera República; otros miran para movimientos alternativos, desheredados indignados, o jóvenes que se aburrían en casa y que han encontrado algo mejor que hacer que jugar a la consola. Pero todos tienen algo en común: todos buscan nombres.

Pues muy bien, yo sé quién ha organizado esto, sé quienes son los responsables. Pero hay una mala noticia: no hay nombres. Toda esa gente que busca responsables aún no se ha dado cuenta de que el mundo está cambiando, de que nosotros, como humanidad, como entidad, estamos evolucionando. Al igual que organismos de orden inferior se unieron para crear algo mayor que la suma de todos ellos, nosotros nos estamos uniendo para crear algo nuevo, maravilloso, y mayor que la suma de todos nosotros.

Pensadlo un momento: los átomos se unieron a las moléculas; las moléculas formaron células; las células se especializaron, se unieron y organizaron, y nosotros somos la suma de esas células que a lo largo de millones de años han ido encontrando la forma de colaborar, de sumar esfuerzos, adaptándose y reinventándose. Pero nosotros somos más que la suma de esas células: nosotros somos amor, somos arte, somos inteligencia, compasión, solidaridad. Somos padres e hijos, somos esperanza, somos una mano que se tiende y una puerta que se abre. A veces nos olvidamos que somos todo eso, pero cuando lo recordamos, podemos ser, somos mucho más que una suma de células, somos maravillosos.

Ahora nosotros somos las células. Ahora damos paso a algo mayor, más grande, mejor que la suma de todos nosotros. Pero hay una gran diferencia con nuestro pasado: hasta ahora toda la integración había sido inconsciente, moldeada por evos de ensayos arbitrarios, de prueba y error, de adaptación al entorno. Ahora las células, nosotros, somos conscientes, y nos autoorganizamos. Y ahora por fin tenemos sistema nervioso: las redes sociales. Y al igual que el desarrollo de un sistema nervioso y de un cerebro ha dado lugar en la naturaleza a la creación de seres maravillosos, la creación de un sistema nervioso para la humanidad va a dar, ya está dando lugar a lo más hermoso que jamás hayamos visto.

Así que sé quienes son los responsables de esto: es esa mujer que llamó a la radio para explicar que nadie la privaría de perseguir su sueño de crear un mundo mejor; ese joven estudiante que explicó a quien quisiera escuchar que algo importante estaba comenzando; esas personas que crearon los mapas de la corrupción, o de las incipientes acampadas; esas personas que pensaron que necesitábamos una democracia real ya, o que no debíamos votarles, y crearon páginas web para difundir su mensaje; esos abogados que dieron soporte legal a quien lo necesitaba, o esos jueces que mostraron su apoyo a los manifestantes y su desacuerdo antes algunas decisiones que no parecían demasiado coherentes; son esos bloggers que no se cansan de decir lo que piensan; son esas personas anónimas que han dormido a la intemperie defendiendo nuestros derechos; somos tú y yo, que no paramos de pulsar el botón de Retweet o Me gusta. Qué demonios, incluso son las personas que programan Twitter y Facebook.

Somos todos. Pero ya no hay un todos, porque ya no hay un tú y yo al que señalar. Ahora somos destellos, ráfagas de emociones, de risas y lágrimas, de indignaciones y esperanzas, de problemas, palmadas en la espalda, abrazos gratis, y alientos de ánimo. Somos sueños, promesas, besos, y visiones de un mundo mejor, un mundo en el que todos vivimos en igualdad, paz, respeto y felicidad. Y cada uno de esos destellos nace dentro de algo mayor que nosotros, y viaja hasta lugares insospechados, se hace mayor, se retroalimenta, se multiplica y se convierte en trending topic, que es lo mismo que decir que se convierte en la voz de eso en lo que nos estamos conviertiendo. Ya no nos hace falta nadie que organice nuestras vidas, nuestras ciudades o nuestras manifestaciones. Ya no nos hace falta que nadie decida por nosotros. Nos hemos hecho mayores y nos hemos convertido en algo nuevo y maravilloso que hará que este mundo salga del capullo en el que estaba atrapado y se convierta en la mariposa que siempre ha querido ser.

Así que teniendo todo esto en cuenta, con lágrimas en los ojos por la emoción, y si me permiten la licencia porque nuestro lenguaje aún no permite expresarlo mejor, el responsable somos yo.